miércoles, 23 de noviembre de 2011

Enamorado del más allá

Después de cumplir 15 años, mi vida, empezó a cambiar, todo empezó una noche del mes de abril, lista para dormir, algo se acuesta a mi lado en mi cama y me empieza a molestar, a sujetarme de las manos, a respirar sobre mí, yo tenía los ojos cerrados, por miedo, pero al abrirlos ese ser se desvanecía y me hacía parecer como que había sido parte de mi imaginación.

Pasé largas noche sintiendo a ese ser, hacía que yo en las mañanas, me levantara con grandes moretones en todo mi cuerpo, haciendo creer a mi familia que eran cosas mías, aprendía vivir con ese ser.

Así pasó un año, hasta que un día me decidí a preguntar que quería de mí, y así lo hice, llegó la noche y denuevo llegó ese ser que me llenava de miedo, y al hacercarse ami cama saben es la peor imagen que 7 años después no puedo olvidar, era un ser regordete, pequeño, llevaba un gran sombrero, y recorría mi habitación dando saltos, tenía la cara diabólica, y una sonrisa de ultratumba, al verle a la cara, se desvaneció ante mí, luego de eso, mi madre me llevó con espiritistas y confirmaron que había sido un duende, que se había enamorado de mí, que toda la vida había vivido en mi casa y que sí le gusta alguien él se iba a materializar.

La verdad es que a mí siempre me han seguido seguido seres del más allá, hasta el punto, de ver a mi abuelita, tres días después de haber fallecido, esa una imagen que no la saco de mi mente aunque mi familia no le dió alguna importancia, vi a mi abuela arrimada en el lado de mi cama, vestida con los trajes que fue enterrada, y flotando sobre el piso.

Si ustedes no me creen todo lo que me ha pasado, yo sí pues tengo la suerte sí lo puedo decir así de ser seguida por seres del más allá hasta el punto de que hace unos días, uno de estos espíritus me dió su nombre y la dirección donde había vivido, comprobé que murió hace cinco años víctima de los celos de su esposo.

El espejo maldito

Esto me pasó a mí una noche, es algo que nunca olvidaré y no tengo explicaciones para esto que me ha sucedido y me ha dejado los pelos de punta.
Yo estaba acostada en mi cama lo mas tranquila tratando de dormirme, pero el viento de la ventana no me dejaba descansar. Me levanté para ir a tomar un vaso de agua, a lo cual siempre me miraba en el espejo –es una costumbre– y atrás mío vi una especie de “duende” por decirlo así. Me corrí un poco y ya no estaba, intrigada, me fui a buscar el vaso de agua y cuando volví miré de nuevo al espejo y yo estaba rodeada de espíritus. En ese momento no lo creí, pero me estaban tocando y no sentía nada. Me fui rapidamente a la cama y traté de relajarme, en el espejo no había nada. Cerré los ojos de tal forma que me dormí al instante.
A la mañana, me levanté y me miré al espejo, tenía toda la cara rasguñada y una marca en el cuello. Fue algo terrorífico, nadie me lo creía…

Una noche en el sótano

Eran las 18:30 pm. y yo mirando la televisión con mi amiga. Estábamos aburridas, entonces ella me propuso jugar a "las prendas". Yo acepté. Empecé a decirle una prenda yo. La prenda era que tenía que quedarse por los menos 30 minutos en mi cuarto a oscuras. Mi cuarto no tenía nada que alumbraba –excepto la luz, claro– y quedarse ahí mas de cinco minutos era terrorífico. Ella estaba muy segura que la iba a cumplir, y así fue, la cumplió. Después de unos largos minutos de pensar y pensar que prenda me tendría que hacer a mi, se decidió. Yo estaba muy nerviosa, le tengo miedo hasta que un gato negro se me cruce encima. La prenda era... quedarse una noche en el sótano. A lo que yo pensé "esta me está cargando –no, era cierto–  ¿quedarse en un sótano una noche? ¿y a oscuras?". Yo tenía mucho miedo, con solo imaginarme con lo que me encontraría ahí empezaba a temblar. Y admito que... ¡No la quería hacer! Pero si no la cumplía iba a quedar como una cobarde. Entonces acepté el reto, entré –por las dudas me había llevado un almohadón– y me quedé ahí quieta abrazando a la almohada. Pasaron cinco minutos, ¡nada! Ni un ruido. Cuando pasaron 10 minutos la cosa se ponía más interesante, empecé a escuchar gritos. Me tapé los oídos pero no se como seguía escuchándolos, hasta que se iban yendo lentamente, no tenía una razón para explicar por qué los había escuchado. 
Mi amiga perfecta, según yo, no le importaba nada lo que me podría estar pasando, total ella es "valiente". 
Estaba lo más cómoda hasta que se empezó a mover de forma muy rápida la lámpara. En ese momento quedé totalmente shockeada, intenté salir por la puerta pero no podía, grité para que mi amiga me ayudara, pero no escuchaba nada. En ese momento lo único en lo que pensaba era en mi vida. En ese instante se vieron dos personas –así como espíritus– que iban caminando de forma pareja hacia la puerta en donde me encontraba yo. Me tapé los ojos y pensé que era un sueño, para sorpresa mis ojos quedaron totalmente ciegos, como que si me hubieran tapado los ojos y no los pudiera volver abrir más. En ese momento, se me abrieron automáticamente y no estaban más... 
¡Ya está! ¡Eso era demasiado para mi! Entonces empecé a golpear la puerta con desesperación, cada vez mas grande. En cuanto escuche un ruido como si se hubiera caído algo de vidrio. Era un vaso, me quedé impactada con esa escena, un vaso de vidrio tirado en el piso, roto y con sangre y una foto de mi amiga. Empecé a llorar, intenté abrir la puerta de todas maneras, intenté salir por otros lados, pero nada funcionó, hasta que... por "obra de magia" se abrió sola. Salí y busqué a mi amiga, a lo cual la encontré jugando a la play. Le dije todo lo que había pasado y si había escuchado algo y me dijo que no. Que no se escuchaba nada de nada.
Ese fue la peor noche de mi vida, la pasé muy mal. Lo único bueno era que me iba a quedar grabado para siempre que por todo lo que haya pasado ahí superé mis miedos. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Detrás de la pantalla


"No creas todo lo que dicen", muchas veces somos victimas de lo que vemos o escuchamos, caemos totalmente en las mentiras de la gente. A veces aprendemos la lección y no volvemos a caer en la misma trampa, otras veces, seguimos haciéndolo sin darnos cuenta de cual fue el error. ¿Pero que pasaría si después de aprender la lección, alguien te demuestra que no todo lo que ves es falso?

Mi nombre es Isabel, pero prefiero que me llamen Bel para acortarlo. Soy una niña normal de 16 años que le gusta pasar un buen susto de vez en cuando, por eso suelo buscar por Internet algún relato que me erizó los pelos, pero después de haber leído tantos deje de creer en ellos, y perdieron su gracia poco a poco.

Un día, encontré una extraña leyenda urbana que decía que si te metías a cierta pagina a cierta hora, una mujer te vendría a visitar y te arrancaría los ojos. Por supuesto, yo no creí en esa historia, "ya no saben que inventar" me dije, y lo deje. Se lo pasé a una de mis amigas, pareció entusiasmarle, y me retó para que hiciera lo del relato. Mi ego no me permitía quedar mal parada en ese reto, así que acepte, y me vi forzada a estar sola frente a un monitor, con las luces apagadas, a media noche y a punto de entrar a esa pagina. Debo admitir que me dio miedo, ¿Y a quien no? Espere los segundos exactos para entrar a esa pagina, y al ver los cuatro ceros en la hora del monitor, apreté el botón "actualizar" del navegador.

"Esta pagina Web no esta disponible"

¿Lo habré escrito mal? Antes de que se acabara el minuto de la media noche, lo intente varias veces y nada, aparecía otra pagina, un error, nada, ¡Nada! Esa supuesta pagina no existía, solo era una leyenda urbana.

Luego de hacer una foto para que mi amiga me creyera que cumplí con el reto, me puse a dormir como siempre. Al día siguiente, le mostré la foto y me gane la admiración de los que no se atrevieron a entrar, pero uno de ellos parecía no importarle, no era que el también lo hubiese hecho, sino que decía que yo realmente no había demostrado nada, ya que eso no era "real".

"Haz oído hablar de ¿La noche de los que lloran?" dijo, me dio un papel con la dirección de una pagina Web muy extraña, estaba escrita con letras y números, no podía entender lo que decía. Bajo la dirección habían unas instrucciones, decían que debía entrar con las luces apagadas, a media noche y totalmente sola. "Clásico" me dije, esto no era nada nuevo para mi, luego de leerlo varias veces, vi una frase que no había visto antes ya que estaba con una letra muy pequeña "Debes entrar completamente sola", me extrañe, al parecer era importante ese punto, como sabia que solo era una leyenda urbana solo lo arrugue y lo guarde dentro de uno de mis bolsillos.

Tiempo después, vi una noticia realmente extraña en la televisión, una persona había muerto frente a su computador, cualquiera diría que no tenia nada de especial, si no fuera que esa persona tenia medio cuerpo pegado a la pantalla del monitor "Es como si alguien hubiese roto el vidrio de una ventana y lo hubiese tirado de los brazos desde adentro, para luego volver a poner un vidrio en medio de su cintura y dejarlo atrapado", nunca había visto algo así, pero lo que luego oí fue lo que me dejo petrificada "Luego de buscar el historial en su equipo, descubrieron que la ultima pagina en la que se había metido fue una extraña Web hecha de números y letras, nadie sabe aun su significado".

Al instante recibí una llamada, era mi mejor amiga diciendo que vendría corriendo a mi casa. Cuando la veo llegar, llega desesperada diciendo que había encontrado algo "Fascinante" que yo debía ver. Entramos a mi habitación y se puso a buscar en Internet la dirección que me había dado esa persona, aparecieron un montón de foros y otras paginas en que alertaban a la gente "No entre a esa pagina" "No se arriesgue" "Mi tío se murió por culpa de esa pagina", millones de personas tratando de que nadie entrara a esa pagina Web.

"¿Y tu crees que si a ellos les hubiese pasado algo malo, estarían allí alertando a los demás?" Nadie dijo nada acerca de que era lo que uno veía al entrar a esa Web, ni porque estaba escrita de esa forma.
 
No pude evitar sentir miedo al ver todas esas advertencias, mi amiga parecía muy entusiasmada "¿Que tal si probamos nosotras esta noche?". Cuando dijo eso, asentí al instante,
 como un acto reflejo, trate de negarme de inmediato, pero me siguió insistiendo, no me quedaba otra, debía asumir y entrar en esa pagina.

Esperamos que se hiciera de noche y nos pusimos a probar entrar en esa pagina, comprobamos varias veces que estuviera bien escrito, pero solo aparecía un mensaje de error "Esta pagina Web no esta disponible". Quizá fuese 
como la otra Web, donde solo se podía entrar a medianoche. Una vez que vimos los cuatro ceros, entramos a la pagina. Solo había un fondo negro, y unos números en la esquina inferior derecha de la pagina. No había ningún botón que nos llevara a la pagina siguiente, nada, solo esos números que subían muy lentamente.

Mi amiga empezó a desesperarse, chiqueó como loca toda la pantalla, pero solo logro soltar el pequeño botoncito del mousse, que lo tenia fallando desde hace mucho tiempo "Vaya porquería de pagina", dice, y se levanta, dejándome sola en la habitación, antes de que saliera, tomo el mousse para buscar si había algo que ella no logro encontrar, y cuando paso el puntero sobre los números, aparece un mensaje escrito en blanco en medio de la pantalla.

"B13NV3N1D0"

Llame a mi compañera para que viniese a ver lo que había encontrado, volvió corriendo y se sentó a mi lado como estábamos antes. chiqueó el mensaje y nos llevo a una nueva pagina, tenia también el fondo negro, y había un pequeño mensaje en el centro que decía algo así como "¿H45 V3N1D0 C0MPL3T3T4M3NT3 S0L4?", y dos opciones abajo que ponían "si" o "no". Mi amiga ni siquiera me preguntó, puso "Si", apareció otra pantalla completamente en negro, y se quedo allí por bastante tiempo. Nos miramos por un rato, tratando de adivinar que era lo siguiente, pero un chillido ensordecedor nos hizo devolver la vista a la pantalla, solo había un mensaje que decía "¿P0RQU3 M13NT35?", nos llevamos las manos a los oídos, mi amiga suplicaba que apagara los parlantes, pero yo siempre los tengo apagados, me puse a buscar una manera de apagar el sonido, trate de cerrar la pagina, pero el botón "X" no estaba, apreté el botón de apagado, trate de desconectar el computador, pero el chillido no cesaba, Tratamos de salir de la habitación, pero el chillido era tan fuerte que apenas podíamos mantenernos en pie, cuando el chillido cesó, una imagen apareció en la pantalla, mi amiga, que aun estaba sentada frente al monitor, se puso a gritar.

Era la imagen de una persona, tenia la piel muy blanca, no tenia cabello ni boca, pero de alguna manera parecía que estuviese sonriendo. Mi amiga trato de levantarse y salir corriendo, pero lo que vi a continuación fue lo que no es posible explicar con palabras. El extraño ser saco ambos brazos por la pantalla del monitor y tomo a mi amiga de los suyos, la empezó a tirar hacia adentro, yo trate de ayudarla, la tome de la cintura y trate de mantenerla conmigo, pero solo logre mantener sus piernas fuera, la pantalla se puso en negro nuevamente, y se quedo allí, con medio cuerpo fuera de la pantalla. había dejado de patalear, ya no se movía. Me di la vuelta para ver si el resto de su cuerpo estaba al otro lado de la pantalla, nada, no había nada detrás del monitor, era como si una trituradora la hubiese destrozado. Salí corriendo a buscar ayuda, nadie me creyó lo que vi.

¿Y quién me iba a creer?

Luego de muchos años, comprendí que hay cosas inexplicables en este mundo, y algunas cosas que no tienen por que ser ciertas. Desde ese día, cada vez que encendía el monitor, recordaba las escenas que vi ese día, pensaba en lo que pude haber hecho y no hice para ayudarla, que pude haber tomado en serio las advertencias que me dieron...

Una vez me dijeron que no todo lo que decían era cierto, que no todo lo que mostraban era real.

...Ahora debo vivir con las consecuencias.

El Enigma de la Monja

Todo esto ocurrió no hace mucho tiempo durante una fría noche de otoño, en un colegio religioso de la provincia de Córdoba, llamado “Espíritu Santo”.
Tras acabar su jornada deportiva el joven alumno, el cual estaba matriculado en dicha escuela, olvidó uno de los libros que trataba sobre la materia que al día siguiente se examinaría de un parcial. Por lo cual, en vista que el ocaso del sol avanzaba, decidió acudir a su escuela, y recoger dicho libro.
Una vez que el joven estuvo frente a la gran valla, que separaba las dependencias municipales de las docentes, decidió saltarla y entrar por unas de las ventanas que pudo observar que permanecía abierta.
Una vez dentro, avanzaba con velocidad hacia su aula, pero algo ocurrió al margen del joven intruso cuando atravesó el umbral de la puerta de dicha aula. Al pulsar el interruptor de la luz, descubrió a una señora de avanzada edad, sentada en uno de los numerosos pupitres.
¿No es ya tarde para que estés aún en el colegio niño? – Dijo la aparente religiosa.
El joven mostró inquietud, confusión y algo de miedo, pero un aura misteriosa relajó todas estas alteraciones en cuestión de segundos.
Lo sé, pero… Olvidé unos de mis libros, y al tener el examen mañana pues… decidí entrar sin permiso… Respondió nervioso.
No te preocupes, no diré nada de esto – añadió la misteriosa mujer, a cambio tendrás que hacerme un favor, dale esto mañana a la directora, ella es buena amiga mía y tengo que devolvérselo.
Por supuesto señora, mañana mismo se lo daré, ¿de parte de quien le devuelvo este rosario? – Preguntó con amabilidad el joven.
Ella ya sabrá de quien es cuando lo vea, gracias – Continuó la extraña – Ten buena noche hijo, hasta pronto.
Ambos se despidieron intercambiando sonrisas. A la mañana siguiente el joven buscó a la directora del centro y le entregó el rosario tallado en madera de color caoba.
¿De dónde has sacado esto? – Preguntó la directora con un tono arisco.
Me lo dio ayer una señora, no se su nombre pero dijo que la conocía a usted – Respondió respetuoso el alumno.
Este rosario era mío, se lo presté a la Madre Patrocinio. La madre Patrocinio falleció en nuestro internado hace tres años, le colocamos este rosario en el cuello en señal de religiosidad.

La muñeca maldita


Mi abuela me había regalado una muñeca el día de mi cumpleaños, era hermosa con sus cabellos dorados y rizados, pero no sabía cómo era por dentro.
Esa misma noche decidí dormirme con mi hermosa muñeca así que la cobijé con una manta rosa y en la cama la puse junto a mí debajo de mi brazo, de pronto todo era silencio. De repente sentí que no estaba sola, tuve miedo porque esa no era una noche normal pues todas las noches dormía tan en paz y sola. No sabía si era mi imaginación o la hermosa muñeca, así que me di cuenta que era la muñeca porque desde que me dio la muñeca tuve tanto miedo, así que solo me quedaban dos opciones: aventar a la muñeca contra la pared, pero si lo hacía la muñeca podría cobrar venganza o dejarla en mis brazos para que creyera que la quiero pero si lo hacía aprovecharía para matarme, así que lo que hice fue aventar la muñeca contra la pared y corrí hacia la puerta pero cuando toque la manija y la jalé, no se abría, así que fui a prender la luz y resulta que el foco estaba fundido, entonces agarré a la muñeca y la aventé por la ventana y calló como a la siguiente cuadra así que todo quedó en paz y entonces me dormí para olvidar todo.
A la mañana siguiente me desperté y me dolía tanto a un lado del corazón y entonces vi que tenía una herida abierta con un cuchillo y a un lado de mi estaba esa muñeca desgraciada así que no me quedó más opción que tirar la muñeca a la basura y así lo hice.
Después abrí mi libreta y salió una nota que decía volveré y en ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Sólo se algo que estoy segura de que esa muñeca volverá.

Así que si tienes muñecas cuídate, porque es tu turno.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La chica del baile...


Era la década de 1960 aproximadamente, en Argentina, la ciudad de Buenos Aires, un chico salió a bailar y conoció a una chica, al salir del baile, hacía frío en la calle, entonces como la chica no tenía abrigo, el chico le dió el abrigo de él, y le dijo que al otro día pasaría por la casa de la chica para buscar el abrigo, ambos se fueron a sus casas.
El otro día, a la mañana, el chico pasó por la casa de la chica, tocó el timbre y salió la madre de la chica, y le preguntó que necesitaba o a quién buscaba, el chico le dijo hola, busco a una chica que salió a bailar anoche y como hacía frío le preste mi abrigo, creo que su nombre era, emmm, ¿Romina? .

La mujer se quedó mirándolo y le dijo Romina se llama mi hija .
El chico se arregló el pelo y le preguntó ¿ella está ahora? .
La mujer lo miró con cara de no entender nada y le dijo mi hija murió hace 5 años en un accidente automovilístico, está enterrada en el cementerio de la Recoleta .
El chico la mira boquiabiero y le dice ¿es broma? .
La mujer entra a la casa y le da un papelito donde decía un número y letra de tumba.
El chico, asustado, se va corriendo al cementerio, busca la tumba de la chica, y mira una lápida que decía "Romina Lucero" Nacida el 20/06/1941 Muerta el 06/10/1955, y colgada de la lápida, el abrigo del chico...




publicado por mi amiga cel...

viernes, 18 de noviembre de 2011

Descansando bajo un arbol...

Viajero por naturaleza, esta vez Romario se adentró en un camino rural, a pie.
Andaba algo encorvado por el peso de la mochila, y bajo su gorro su mirada no se
despegaba mucho del suelo, como si siempre estuviera pensativo.
Elevó la vista al sol. Las praderas que lo rodeaban estaban llenas de unas flores amarillas, y
un coro de cigarras cantaba a lo lejos. El cielo estaba despejado, completamente azul, y
por él cruzaban golondrinas.
Llegó a un pequeño puente, cerca de él vio una arboleda, la cual crecía en la costa del
arroyuelo que cruzaba bajo el puente. Fue hasta su sombra y se tendió a descansar al pie de un gran árbol frondoso.

Estaba allí, tendido sobre la hierva, boca arriba, descansando la cabeza sobre su mochila,
y al tener los ojos cerrados, no se dio cuenta que no era el único que descansaba por allí.
Como todo estaba silencioso, un ruido de ramas que se sacudían llamó su atención.
Enderezó el torso hasta quedar sentado y miró hacia arriba, el ruido venía del árbol que
estaba a su lado. Vio que entre las ramas asomaba una carita diminuta, un rostro infantil.
Era un niño, que parado sobre una rama, se sujetaba de otra que estaba más alta.

- ¡Niño! ¡Te vas a caer! ¿Cómo subiste ahí? ¿Y tus padres…? - Romario observó a su
alrededor y volvió a levantar la vista.
- ¡Ey niño! ¿Con quién andas? ¡Ey! No subas más. Quédate ahí que ya subo.

El niño comenzó a trepar más alto todavía, y se perdió entre el follaje de la copa.
Romario comenzó a subir. El árbol estaba lleno de ramas que servían como escalera.
No sólo llegó cerca de la copa, también lo rodeó, mas no volvió a ver al niño.
Estaba encaramado en lo alto, tratando de comprender qué había pasado, cuando al
mirar hacia un claro, desde la altura, distinguió un esqueleto pequeño, medio enterrado
entre los pastos.
El fantasma del niño quería que encontraran sus restos.




publicado por mi amiga cel...

El camino de los tilos...

Cada vez que recuerdo ese día, un frío misterioso recorre mi cuerpo y corta mi respiración.
Cuando sonó el teléfono yo estaba a punto de meterme en la cama. Cuando mi padre respondió supe por la voz, grave y taciturna que algo grave ocurría.
Mi mamá hacía una semana que no estaba en casa. Había tenido que viajar 120 kilómetros para atender a mi abuelo que estaba enfermo y como ya estaba mejor, la esperábamos en casa al día siguiente.
La llamada era de mi abuelo. Mi mamá se había caído y se había fracturado la pierna. Mi papá decidió que iríamos inmediatamente para allá. Yo iría con él, ya que no pensaba dejarme solo en casa y mañana faltaría al colegio. Pero era una emergencia y estaría más que justificada mi ausencia.
Después de todo, 120 kilómetros no son tantos y en dos horas, a más tardar estaríamos por allá.
Mi abuelo se negaba a que hiciéramos el camino de noche. No sé que superstición lo acobardaba. Pero la gente de campo tiene esas cosas. Como mi papá insistió. El abuelo le advirtió que no parara en ningún momento cerca de los tilos. Por más que le hicieran señas mujeres o niños.
Siempre pensé que era un tema de seguridad. Pensé que seguramente allí se esconderían ladrones y asaltantes para burlar a los desprevenidos.
Así fue como metimos algunas cosas en el bolso y luego de parar en una estación de servicio para cargar nafta continuamos nuestro camino.
Tomamos la autopista. Era tarde y había muy poco tráfico. Luego salimos y tomamos una ruta rodeada de campos. Casi se podía ver todo ya que la luna iluminaba con un reflejo brillante a los grupos de árboles y animales.
Luego de un largo trecho tomamos un camino de tierra. No serían más de cuatro kilómetros, pero debíamos pasar rápidamente el camino bordeado de tilos. La niebla comenzó a descender rápidamente envolviendo al auto. Mientras avanzábamos, vimos claramente como una mujer con dos niños de la mano estaban parados en medio del camino.
Mi padre continuó sin bajar la velocidad. –Papá. Los vas a atropellar- grité.
Mi padre aminoró la marcha sin detenerse e inmediatamente vimos con estupor que la mujer y los niños se encontraban en el asiento trasero sin decir palabra.
Mi papá estaba blanco como un papel y yo me había quedado sin habla. ¿Cómo se habían subido al auto? ¿Quiénes eran estas personas?
Mi papá tomó con fuerza el volante, pero temblaba.
Cuando avanzamos dos kilómetros la mujer dijo – Aquí nos bajamos. Pare por favor.
Mi padre detuvo el auto. Ellos abrieron la puerta, dieron las gracias y desaparecieron.
Cuando llegamos a la casa, mi abuelo adivinó por nuestras caras de espanto lo que había ocurrido. Evidentemente ya lo había experimentado y nos convidó con un vaso de agua fresca.
A pesar de ver a mi mamá, con su yeso a cuestas, pero bien, ni mi papá ni yo pudimos dormir esa noche.
Cuando al día siguiente regresamos a casa, vimos tres cruces al borde del camino. Marcaban el lugar donde la mujer y sus niños se habían bajado del auto.

publicado por mi amiga cel...

A las 8...

El chico en cuestión se llamaba Angel (no exactamente así, pero casi, obsérvese el significado del nombre: ángel). Tenía catorce años, y llevaba unos días en el hospital porque vomitaba todo lo que comía y tenía mucha fiebre. En pocos días de enfermedad su cuerpo se había estirado hasta el punto en que sobrepasaba los dos metros cuando lo metieron en la ambulancia, y tuvieron que flexionar sus rodillas en la camilla.
En el hospital le hicieron muchísimas pruebas buscando una causa. La madre sospechaba de un envenemiento, pero ningún médico supo decir qué tenía. ¡Sólo tenía catorce años y no había comido nada en días!. Su cuerpo no lo toleraba.
El ocho de abril de aquel año, su tía, nerviosa e impaciente porque los médicos llenaban a su sobrino de pastillas y no le curaban ni conseguían averiguar qué le ocurría, decidió irse del hospital y visitar al que fuera su pediatra durante años.
La madre salió a dar una vuelta por los pasillos del hospital mientras Angel hablaba con su hermano y la novia de éste.
- Me voy a morir.
- No digas eso, -le dijo la futura cuñada- aún tienes que venir a nuestra boda.
Cuando la madre llegó no quisieron decirle nada y les dejaron a solas. Angel tomó su reloj, puso la alarma y le dijo a su madre que dejara el reloj sobre la mesilla. La madre se giró, y la alarma sonó.
En ese mismo instante a su tía se le bloqueó el volante en la misma puerta del hospital. Un hombre que apareció de la nada le dijo unas palabras muy misteriosas, y acto seguido ella alzó la mirada y el tipo ya no estaba. El hombre y el bloqueo del volante le hicieron reaccionar y salió rauda del coche para entrar de nuevo en el hospital.
Cuando llegó a la habitación, todos lloraban.
Al sonar la alarma que Angel había puesto a las ocho el día ocho de abril, su alma abandonó su cuerpo, y su madre lo supo desde el mismo instante en que oyó el primer pitido.






publicado por mi amiga cel...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La muerte jamás revelada

Cuando yo era chiquita mamá siempre antes de irme a dormir me contaba historias. No se como ni porque una noche no me contó, me tapó y me dijo "buenas noches". Siempre me acuerdo de aquella vez...  
Al día siguiente, me levanté y bajé las escaleras corriendo, saludé a mamá –que me había preparado el desayuno tan rico como siempre–, me senté en la mesa y suspiré.
- Mamá, ayer no me contaste una historia y no me podía dormir. Por qué?
Mi mamá se quedó callada un minuto, y dijo:
- Hija, estamos enfrentando problemas económicos –yo tosí– y... tendrás que acostumbrarte a que todas las noches no te contaré mas historias.
- No es motivo por dejarme de contar las historias –dije enojada–, ahora todas las noches no podré dormir y será por tu culpa.
Mi mamá tenía los ojos llorosos, sé que ocultaba algo y lo tenía que descubrir. Al parecer, "soy muy chiquita" para meterme en cosas de grandes pero, no daba más.
Cuando estábamos saliendo para ir al colegio –en auto– mamá no me habló nada, eso era raro, siempre me hablaba y me contaba lo que iba a hacer ese día. Cuando llegué agarré la mochila y la cargué con todas mis fuerzas y un nudo en la garganta. Salí y cerré la puerta bien fuerte.
Salí del colegio, –por fin había llegado la hora de salir– pensé. Mi mamá no estaba, me había venido a buscar mi papá, al parecer muy triste. Le pregunté que le pasaba, y lo único que me respondió es "son cosas de grandes". Cuando llegué a mi casa lo único que hice es ir a buscar a mamá, no la encontré por ningún lado y papá estaba afuera llorando. Fui en busca de él y le pregunté donde estaba mamá, insistí tanto que me contó lo que había pasado.
- Tu mamá no está hoy aquí, se fue a visitar a su madre en el cementerio y no volvió más, me llamaron y me dijeron que cuando la encontraron estaba... –se quedó cayado un segundo– tirada con sangre. Yo desesperada dije:
- Muerta!? No puede ser, ¿como?, ¿cuando? Yo tengo la culpa de todo, lo sé.
Hasta ahí mi papá no dijo mas nada, nunca mas hablábamos de mi mamá. Lo raro era que nunca se descubrió por qué y quien la habría matado. Era un cementerio que no iba nadie...
Desde ese día nadie se acerca allí, la leyenda cuenta si te quedas más de una hora al lado de la tumba de alguien, podés llegar a morir.

Las Gemelas

En una zona rural viva una madre junto a sus dos hijas ambas gemelas, la casa era humilde y quedaba al lado de una carretera muy concurrida.

Un día las niñas tuvieron que cruzar solas la carretera porque a la madre la llamaron del trabajo para que fuera urgentemente. Les dijo a las niñas que cruzaran solas, pero que tuvieran cuidado, mirando a los dos lados. Las niñas obedecieron. Nada más girarse la madre para marcharse oyó un golpe muy fuerte detrás de ella. Eran sus hijas, habían sido atropelladas por un camión. desgraciadamente, las dos habían muerto.

Cuatro años más tarde la madre, aún joven, ya que tenía 34 años, todavía vivía en la misma casa cerca de la carretera y no olvidaba ningún día a sus dos gemelas. Afortunadamente, había vuelto a tener hijos, y casualmente eran dos gemelas. Además, eran muy parecidas a las que murieron atropelladas. Esto hacía que la madre olvidara en parte ese trágico suceso. Pero la fatalidad estuvo a punto de volver a la familia, a pesar de prohibirles expresamente acercarse a la carretera.

Un día las dos niñas estaban jugando y decidieron cruzar la carretera. No venía nadie en ningún sentido, no había peligro. En el último momento apareció su madre que chillando muy alterada, les dijo que no cruzaran, a lo que las niñas respondieron al unísono: - Si no pensábamos cruzar,... ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir…